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Sergio Ripoll, hijo del prehistoriador y arqueólogo español Eduardo Ripoll, “desde muy pequeño iba a las excavaciones de mi padre y trasteaba con los útiles de excavación”

El profesor Ripoll en la Cueva de El Castillo, agosto 2016

Sergio Ripoll López dirige el Curso de Verano de UNED Cantabria “Historia y patrimonio de Cantabria”, que se impartirá del 18 al 20 de julio de 2018 en el I.E.S. Zapatón de Torrelavega.

“Cuando en el 2003 encontré el primer arte rupestre paleolítico en el Reino Unido, mi padre fue el primero en saberlo y se puso a llorar de emoción” (Sergio Ripoll )

Los Cursos de Verano de UNED Cantabria, además de tener asignados 1 crédito ECTS y 2 créditos del Ministerio de Educación, han sido reconocidos por la Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria a efectos de Formación del Profesorado. El curso se oferta tanto de forma presencial como online en directo y en diferido.

Doctor en Prehistoria por la UNED desde 1988, Sergio Ripoll es Profesor titular de Prehistoria desde el año 1989. Sus trabajos de investigación llevados a cabo en varias zonas de la Península Ibérica, se ha centrado fundamentalmente en el Paleolítico Superior. La cueva de Ambrosio (Almería), La Peña de Estebanvela (Segovia), son algunos de los yacimientos excavados, mientras que El Moro (Cádiz), La Fuente del Trucho (Huesca), o Domingo García (Segovia), son algunas de las estaciones con arte rupestre analizadas. Numerosas publicaciones tanto artículos como monografías, son la prueba de esta labor investigadora durante casi 30 años.

Su labor docente se ha centrado en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, donde compagina la docencia de la asignatura de Prehistoria de primer curso y una asignatura optativa del Nuevo Plan de Estudios en Historia y las de Tercer Ciclo con la investigación. Sus trabajos, centrados en el Paleolítico Superior y plasmados en numerosos libros y artículos en revistas especializadas, abordan diferentes cuestiones relacionadas con la evolución tecnológica del instrumental cinegético, la balística y la arquería prehistórica, la arqueología experimental o el estudio de diferentes estaciones con arte rupestre. Además es Director del Laboratorio de Estudios Paleolíticos (Departamento de Prehistoria y Arqueología, Instituto Universitario de Investigación) desde su creación.

(En la fotografía, Sergio Ripoll en la Cueva de Ambrosio, en 2017)

 

UNED Cantabria tiene la suerte de contar con Sergio Ripoll como director de uno de sus Cursos de Verano, “Historia y patrimonio de Cantabria, que, coordinado por José Nicolás Saiz López, Profesor-Tutor de Historia Antigua del Centro Asociado a la UNED en Cantabria, se celebrará en Torrelavega del 18 al 20 de julio de 2018.

Para conocer un poco mejor al protagonista de la entrevista, voy a empezar hablando brevemente del prehistoriador y arqueólogo español Eduardo Ripoll, que fue profesor agregado de prehistoria de la Universidad Autónoma de Barcelona entre 1968 y 1980 y catedrático de la UNED desde 1981, además de director Museo Arqueológico Nacional (1981-86). Eduardo Ripoll era el padre, del también prehistoriador, Sergio Ripoll López, quien continuó su trabajo en la cueva de Ambrosio, hasta el descubrimiento de pinturas rupestres paleolíticas que pudieron ser datadas por su singularidad arqueológica al estar cubiertas por estratos datables.

En este caso, Sergio, sí que cabe la pregunta de… ¿influyó el trabajo de tu padre a la hora de decidirte cuál sería tu profesión, tu vocación? Mis padres me dejaron a mí y a mis tres hermanas absoluta libertad para dedicarnos a lo que quisiéramos. Pero es evidente que la profesión de mi padre influyó mucho en que yo siguiera sus pasos.

(En las fotografías, vemos al profesor Ripoll en la Cueva de El Castillo, en 1966 y en 2016, en la misma ubicación, sobran las palabras…)

 

El profesor Ripoll en la Cueva de El Castillo, agosto 2016

Es de suponer que creciste escuchando a tu padre hablar sobre cuéntanos tu experiencia, cómo un niño concibe el origen de la humanidad y más aún “de la mano” de su propio padre… Mi padre siempre fue muy crítico con todas las cuestiones sobre el origen y evolución de la Humanidad. Realmente en casa se intentaba no hablar mucho e cuestiones profesionales. Todas éstas charlas las tuve ya de mayor, cuando  ambos éramos conscientes de lo que hablábamos. Está claro que algunos comentarios dejaron un poso indeleble.

Esta es una pregunta obvia pero ¿te llevó tu padre a mostrarte su “trabajo de campo”? Desde muy pequeño iba a las excavaciones de mi padre y trasteaba con los útiles de excavación.

Aunque esto sea todo un reto porque llevas ya alrededor de treinta años ejerciendo de investigador, ¿recuerdas  fue la sensación de visitar por primera vez excavaciones en las que se habían hallado pinturas rupestres? Siendo muy pequeño veníamos a Cantabria a la cueva de El Castillo y me pasaba muchas horas aguantando la linterna para que pudiera hacer fotos. En esa época no entendía que alguien se pudiera pasar muchas horas contemplando una pared en la que apenas se atisbaban algunos trazos. Cuando en el 2003 encontré el primer arte rupestre paleolítico en el Reino Unido, mi padre fue el primero en saberlo y se puso a llorar de emoción.  

Haremos un pequeño inciso, puesto que ahora merece una mención especial el hecho que la supervisora doctoral de tu tesis “La cueva de Ambrosio (Vélez-Blanco, Almería) y su posición cronoestratégica en el Mediterráneo occidental (1988)” fue, la ya desaparecida, Victoria Cabrera, prehistoriadora y catedrática de Prehistoria de la UNED que, durante 25 años, estuvo a cargo, junto a Federico Bernaldo de Quirós, de las excavaciones de las cuevas del Monte Castillo, en la localidad cántabra de  Puente Viesgo. Victoria, “Viky” como la conocí junto al profesor e investigador José Manuel Maíllo en numerosas colaboraciones con nuestro Centro Asociado, comentaba con pasión y mirada vidriosa que, arqueológicamente hablando el Monte Castillo es como un queso gruyer, ya que según su experiencia en ese enclave, en el promontorio debe haber numerosas cuevas aún por descubrir. ¿Qué podrías decir acerca de Victoria Cabrera, su trabajo y su entrega en la investigación sobre el Paleolítico europeo? Vicky, no sólo fue un referente profesional. Era una gran amiga y su trabajo en El Castillo es fundamental para comprender la arqueología prehistórica europea.

Hay que destacar tu vinculación desde la niñez no solo con la arqueología y la prehistoria, sino con la UNED, pues como he indicado anteriormente, su padre fue catedrático de la UNED desde 1981, universidad tú mismo ejerces de docente e investigador. De esta forma, conoces la UNED también desde otra perspectiva, pero en lo que nos ocupa, ¿cómo describirías la labor que realiza la UNED en los trabajos de arqueología, prehistoria, y su proyección en nuestra sociedad? Yo llegué unos años más tarde a la UNED ya que antes estuve trabajando en el Ministerio de Cultura. En estos 33 años que llevo trabajando en esta institución hemos intentado, no sólo impartir la docencia reglada sino intentar hacer llegar a los alumnos y al gran público nuestras investigaciones. Los cursos de Formación Permanente, la participación en varias convocatorias de la Semana de la Ciencia, las numerosísimas “convivencias” en los Centros Asociados, las innumerables clases prácticas en centros de enseñanza secundaria, los Cursos de Verano… Son una plataforma ideal para divulgar todo aquello que los propios ciudadanos nos financian.

En una sociedad en la que se premia la innovación, las nuevas tecnologías, la robótica, ¿está subestimado el trabajo del investigador, el explorador que se adentra en las excavaciones, trabaja durante horas en posturas más que difíciles y cuya felicidad es infinita cuando descubre algo significativo para la Humanidad en un estrato que nunca nadie había visto antes? Las Nuevas Tecnologías que actualmente utilizo en todos mis trabajos son de una gran importancia. Algunas veces he llegado a decir “todo lo que he hecho hasta el 2006 no vale para nada”. Pero no es cierto, sin los trabajos anteriores no podría aplicar estas TIC’s. Cuando estás excavando un yacimiento como La Cueva de Ambrosio y al pasar el pincel empiezas a descubrir una punta de aletas y pedúnculo y piensas que alguien la arrojó al fuego hace 20.000 años, la emoción es indescriptible. Cuando vi la primera figura de Inglaterra, por esta boca salieron los mayores palabros y exclamaciones que he pronunciado nunca.

En línea con lo anterior, ¿podemos pensar que ese trabajo de campo tan delicado, tan “humano”, en excavaciones nunca sustituido por robots? Nunca un robot podrá substituir a un prehistoriador en una excavación. Es una labor que necesita de unas manos, un conocimiento y una emoción que una máquina nunca podrá reemplazar.

Tu ponencia, que inaugura el Curso de Verano en Torrelavega, el miércoles 18 de julio, versará sobre “Tiempos prehistóricos. El arte rupestre: un patrimonio frágil”. Llegados a este punto, es inevitable preguntarte: ¿se le da el valor que realmente tiene, la protección que necesita el patrimonio rupestre, en comparación con otros países que también disponen de él? Los ciudadanos cada vez son más conscientes de la importancia que tiene nuestro patrimonio. El problema es que hay algunos “bestias” que no comprenden la importancia del mismo y la obligación que tenemos de preservarlo y sobre todo de transmitirlo en unas condiciones óptimas a nuestros descendientes.

Como director del citado curso, ¿qué le diríais a alguien que esté pensando matricularse en el mismo para que termine de decidirse? Esa es la pregunta más fácil de todo el cuestionario. Aparte de adquirir unos conocimientos importantísimos, los alumn@s se lo va a pasar muy bien.

Para terminar, quisiera dedicar unas líneas al profesor Sergio Ripoll para agradecerle su amable atención al colaborar con el Centro UNED Cantabria en la realización de esta entrevista y sus fotografías.

 

Santander, junio 2018

Texto: Sonia Sanz Sancho. Relaciones Institucionales, Comunicación y Actividades Extra-académicas. Coordinadora de Extensión Universitaria. Centro UNED de Cantabria

Fotos: Archivo de Sergio Ripoll